sábado, 31 de diciembre de 2016

2016


Te vas
con tus doce lunas llenas
y tus charreteras de soles.

Te llevas mis amaneceres,
cálidos unos, sombríos otros;
pesares pequeños,
dolores profundos,
tristezas amainadas
y risas batientes;
abrazos pocos
y besos latentes.

Todo en tí es circular,
hasta tus sombras.

Me dejas
lleno de memoria
lista para diluir;
vacío del poder
que nunca quise 
y que por no querer
estoy lleno;

Te vas
como siempre
hacia tu destino
de olvido,
convertido en historia
a veces escrita
para quien nace.

Déjame una arruga más
y te regalaré una lágrima.
Déjame una cana cenicienta
y te dedicaré un recuerdo.
Déjame ver a quien te sigue
y te amaré por las cicatrices
y las huellas de tu tiempo.

¡Vete ya!
¡Déjame mis huellas!








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