Caminé por senderos de papel
quebradizo, con piedras afiladas;
mi alma segura te buscaba
armada con su magia y su pincel
Entré en cuevas laberínticas, oscuras
guardadas por tenebrosas trampas,
subí rocas de fuego, bajé rampas
evadiendo tus visiones en pintura
Soborné iracundos centinelas
con monedas de espuma y de platino
tratando de encontrar siempre el camino
que devuelva mis poemas de canela
de azafrán, de salvia y hierbabuena,
rondando por campos coralinos,
volando sobre nubes de azucena,
sudando sobre polvos de caminos.
De locura, de pasión me resignaba,
de buscar sin hallarte y ya sin bríos,
obtener la
respuesta que me daba
al decir por fin: “En Dios confío”;
pues tan solo al frente yo miraba
y la respuesta me hizo sentir frio;
por eso mi amor no te encontraba
porque siempre estuviste al lado mio.